«Cantes de fregá los platos»

ISABEL MARTÍN

De la consciencia feminista aplicada a una parte de la identidad territorial de la onubense Isabel Martín nace “Cantes de fregar los platos”.

La poeta se crió en una casa y una aldea donde las mujeres cantaban, a pesar de la violencia que sus cuerpos llevaban por vivir en este sistema, mientras hacían los quehaceres que por rol de género les “correspondían” en un gesto de ternura cotidiana revolucionaria.

Un recital que nombra lo que no se nombra porque si no, no existe y que quiere ir hacia delante y contribuir a la generación de imaginarios para otros mundos posibles a través de letrillas (poemas) que se mezclan con cantes por bulerías de Lebrija, de Antonia Pozo; tanguillos y alegrías de Cádiz; tangos de la Niña de los Peines y La Repompa de Málaga o colombianas de Pepe Marchena y Morente

blog: https://zita-martin.tumblr.com/

 

«Cómo hacer letrillas»

ISABEL MARTÍN

En esta guía os comparto mi experiencia haciendo letrillas y os invito a hacer las vuestras con unos pasos que os puedan servir de posible camino.

Para mí las letrillas han sido una manera de nombrar cosas que me estaban pasando o me estaban preocupando. Ha sido una manera de sobrevivir y aprender del mundo que me rodeaba. Porque lo personal es político. En mi caso considerar lo colectivo como esperanza de que lo que me ha pasado a mí, está dentro de unas experiencias universalizadas en tanto a la cultura patriarcal en la que nuestra sociedad se desarrolla, y que visibilizarlo contribuye a que cada vez ocurra menos, a menos niñas, a menos mujeres… A mí me ha servido mucho en los procesos de compartir mis letrillas la dimensión colectiva de las experiencias en tanto a realidades muy comunes, aunque silenciadas..

En mi caso llamo letrilla a lo que hago y no poema porque me hace sentir más cómoda. Lo nombro como letrillas como separación consciente del concepto de «gran literatura», en el que, para mí, está la poesía. No sabría explicar exactamente porqué, es más una intuición que una certeza, pero creo que tiene que ver con la libertad creativa que me da pensar en que lo que hago son letrillas. Me siento más cómoda y me genera menos zusto. Igual también tiene que ver con el síndrome de la impostora y con una idea sobre la poesía como algo que está en una categoría superior a lo que yo hago. En mi imaginario interiorizado culturalmente sobre quién puede ocupar los espacios literarios y los escenarios con ello, yo no estoy. Prefiero pensarme fuera de lo que a veces para mi es un espacio para personas que saben más cosas que yo o que se han ganado un espacio ahí con sus estudios o trayectorias. Esto es clasista y elitista y paralizante, pero está en mí y mientras me lo sacudo, cuido poder seguir haciendo lo que me gusta. Esta ha sido mi manera de adaptarme y de, a pesar de mis miedos (luego contaré más sobre esto), darme el permiso de escribir, recitar, cantar, publicar y compartir mis textos. Me procuro generar los espacios que me permitan hacer. Me siento mejor entre letrillas.

DAVID TRASHUMANTE © 2018